Caja de aniversario “150 años de Märklin”.

“Cocodrilos”. Se designa “Cocodrilos” a las locomotoras de montaña suizas que arrastraban los trenes mercancías pesados por la rampa del San Gotardo. Este nombre se lo debían a su tipo constructivo (avantrenes con apoyos articulados, forma estirada) y a su color verde. En las circulaciones por itinerarios por desvíos y contra curvas, esta máquina “reptaba” como un reptil por las curvas. “Locomotora de ferrocarril de ancho normal, de 6 ejes, sólo para gran circuito de vías en círculo, imitación fiel de la 'locomotora cocodrilo'...”, así se presentaba en el catálogo de Märklin de 1933/34 la imitación de la más moderna tecnología suiza. El tipo constructivo y el esfuerzo de tracción de la locomotora original impresionó tanto a la gente de la época que se convirtió en sinónimo de progreso y potencia. Un mito que continúa deslizándose por la historia de Märklin. En todos los tamaños constructivos ofrecidos por Märklin estaba disponible este legendario vehículo. En primer lugar, en el ancho de vía I y 0, luego en H0 e incluso en Mini-Club del ancho de vía Z. En todas partes, constituyó el producto estrella del surtido y, de este modo, se convirtió en la “Mascota” inoficial de Märklin. En el período más largo de su servicio por la rampa del San Gotardo predominó el color verde e hizó que cayera prácticamente en el olvido su color original y, Märklin no lanzó al mercado hasta 1984, como oferta con motivo del 125 aniversario de la empresa, un “Cocodrilo” en un número limitado de unidades producidas, en el ancho de vía 1, en color marrón. Por el contrario, en la realidad nunca ha habido un “Cocodrilo” blanco. A pesar de ello, un gran distribuidor de Märklin de New York pidió ejemplares sueltos de las grandes locomotoras del ancho de vía 0 con pintura en un color especial. Eligió el color blanco, totalmente atípico en el modelo real de esta locomotora. No puede evitarse que el observador sienta una sensación especial al contemplar las locomotoras en este color fantasioso. A pesar de ello, por motivos que se desconocen, la cosa se quedó en este único pedido. Con ello, estas locomotoras se convirtieron en piezas únicas que pudieron ser contempladas por tan sólo pocas personas. Asombra la gran popularidad que lograron en los círculos de coleccionistas. Cabe suponer que esta popularidad se deba a que quién podía imaginarse que hubiera un “Cocodrilo”, la locomotora de montaña suiza, con su color verde típico, en color blanco.